viernes, 26 de agosto de 2016

ALGO DE NUESTRA HISTORIA COMO GRUPO DE TEATRO.... ayer, el medio y hoy!



TREMULA TEATRO
Grupo de Teatro independiente fundado en 2012 por dos actrices de la ciudad de Córdoba que junto a un grupo de actores que se conocen en el cursado de la Lic. En teatro de la Universidad Nacional de Córdoba y que venían conformando un “grupo de estudio sobre la teatralidad y la performance” desde 2010. “Somos actrices de la ciudad de Córdoba que fundamos el grupo con el que queremos compartir con la comunidad nuestras producciones a partir de intereses que nos vinculan a ambas desde distintos lugares y que nos permiten aportar a la cultura desde el trabajo de la subjetividad”.
Así  afrontamos la primera producción teatral con A B S E N T I A trabajando desde la dramaturgia de actor y colectiva con textos propios y de otros en la búsqueda de expresar aquellas temáticas de interés y en dialogo con el entorno en el cual vivimos.
Luego de esta primera experiencia grupal nos abocamos a la búsqueda de los nuevos intereses y así fuimos transitando cada una un camino propio en cuanto a la escritura desde la cual ambas nos encontramos actualmente una en la producción y puesta en escena de la próxima obra y la otra en la dramaturgia de 3 nuevas propuestas escénicas y entrando en la etapa de preproducción de una de ellas.
Pero el camino incluyo también “participar” de otros espacios con otros colegas sumándonos a producciones locales para aportar en la circulación de obras, difusión, comunicación, en un intercambio sobre el TEATRO y su problemática/vivencia. Desde este espacio se generaron junto a PROTAGONISTAS de Natalia Soliani dispositivos artísticos psicoeducativos con una obra premiada de un dramaturgo cordobés que nos permitió abordar el teatro con y en las escuelas y vincular a los adolescentes al teatro desde una propuesta no convencional o trabajar con una obra que fue el trabajo final de licenciatura en teatro de dos colegas desde el cual se abordó con nivel superior la temática del teatro, la llegada a las salas y la estética de la obra.
Esta forma de construcción del grupo de teatro se va diversificando y llega incluso a desarrollar aportes teatrales en el ámbito de la opera con el entrenamiento a los cantantes de una propuesta estrenada en 2016.
Por ello también este año creamos el AREA A destinada al quehacer teatral escénico con, desde, hacia y para adolescentes de entre 12 y 17 años con la obra “Y LO QUE YO QUIERO?, ALMA” con Dirección de Micaela Franchino que es también integrante  del nuevo espacio donde se busca también construir y  promover políticas culturales en torno a las adolescencias, la necesidad de espacios para ellos y para el teatro en sí.
TREMULA también desarrolla un proyecto de investigación respecto de las adolescencias y el teatro en el cual problematiza estos aspectos sobre la producción escénica, la actuación con y para otros de 12 a 17 años, piensa los espacios y propuestas para estos espectadores y desde allí buscara generar nuevos lenguajes y poeticas del hecho teatral.
En estas problematizaciones actuales del quehacer teatral cordobés también abre espacios en la radio para difundir el trabajo del teatrista, de sus obras, del actor, del director, del técnico,  lo que va permitiendo la apertura de espacios como realizar desmontajes de obras o trabajar a partir del semimontado diferentes propuestas que abordan la problemática del teatro: que es el teatro?, como creamos espectadores?, que políticas lo determinan?, etc.
En el desarrollo de su estilo y singularidad trabaja generando propuestas nuevas que no tengan solo el teatro entendido desde la producción de la obra en sí, sino que el mismo, sea también un espacio de construcción colectiva desde y hacia la expectación en el intercambio con y entre artistas produciendo un convivio al que siempre nos invita el teatro más bien LOS TEATROS, y generando con esto nuevas formas de producción no convencionales.


jueves, 1 de octubre de 2015

NOTA EN DEODORO por Gabriela Aguirre- UNC



Back to the 90’s.
Reseña teatral de MaríaAlone
Por Gabriela Aguirre.

El teatro independiente de la ciudad de Córdoba sigue siendo una mina a cielo abierto de donde salen piedras preciosas y joyitas relucientes, aunque también algunos carbones. Es una especie de Caja de Pandora; no porque de allí se liberen todos los males del mundo -que ya estaban sueltos- sinoporque se erige en espejo donde mirar reflejados algunos de esos males. Carbones aparte, de las salitas teatrales independientes, tan pequeñas e inofensivas en apariencia, salen verdaderos leones a morder el cuello de los entendidos del mundo y,con un poco de suerte, el correr de esa sangre fresca pueda hacer circular nuevas ideas. En una sala del viejo Abasto, en el querido Quinto Deva, se presentóMaríaAlone, una fiera salida del seno de la academiadispuesta a rascar la herida que nos dejó la década de los noventaya dejar que la sangre fluya. 


MaríaAlone es producto de la investigación realizada por Gabriel Pérez y Cintia Brunetti para el trabajo final de licenciatura en teatro de la UNC. La investigación toma como motor de búsqueda diversos procedimientos con el propósito de convertir la década de los noventa en poesía escénica. Tarea nada fácil. Si poetizar algo tan abstracto y complejo como una década no es un trabajo sencillo, imaginen hacerlo con una década tan poco poética.
Los noventa fueron la cuna de los creadores de MaríaAlone. La obra muestra ese reconocimiento como una herida enorme. Quienes fuimos niños o adolescentes en la Argentina de los noventa pensábamos que el mundo era así, tal como se nos presentaba. Supongo que eso suelen hacer los niños y jóvenes en general.Aprendimosy recorrimos cada centímetro cuadrado de esa década con el empeño que ponen los niños por conocer y domar el mundo. Miramos su televisión, nos vestimos con pantalones de tela de avión, jugamos al paddle, aprendimos que los ricos toman champán cuando comen pizzay que ser una bebota inocentona y curvada era un ticket al estrellato. Si queríamos decir que algo estaba bueno decíamos cool. Si le retirábamos la mano a alguien justo antes de saludarlo decíamos oso.Poníamos apóstrofe ese después de todos los nombres propios, quedando como un loser si no lohacías. Ante la duda sobre qué opinar, decíamos que todo era muytoomuch. Como suele ocurrir con los niños y jóvenes, casi una década despuésentendimos que otros mundos eran posibles, que otras formas de vivir la vida eran factibles y nos quedamos petrificados al reconocerlo hostil y superficialdel escenario que fue nuestra cuna.

Profanando la década
En escena, un hombre invoca y revive un terrible ícono de los noventa: la adolescente catamarqueña ultrajada y asesinada por “los hijos del poder” en las puertas de la década. MaríaAlone escenifica a María Soledad Morales, le da cuerpo, carne, palabra y hasta opinión. El sacrilegio de tratar un tema tan tabú es el vértice por el que pivota la obra, una irreverencia que se va acentuando a medida que la obra avanza. AMaría Soledad la desfreezan, la usan de títere, de virgen inmaculada, de muñeca Barbie, de estandarte de la revolución más derechosa que se pueda pensar. Nota aparte: ¿pueden los fachos creerse revolucionarios? Recuerdo con espanto ver grupos de chicas portando entalladas remeras amarillas con el perfil de Macrireemplazando el del Che en su imagen más universal y con la leyenda “MacriRevolution”. Entonces supongo que sí.

Mery Alone, the girl from Catamarca.
En escena,vemos un personaje, aspirante a revolucionario, mezcla de HughHefner y El Cárlo (ahora que lo pienso, ambos son equiparables en muchos aspectos)hablando un inglés chabacano, esa segunda lengua del poder argentino de los noventa. Con el mismo desparpajo, el título de la obra propone el burdo Alone como traducción de Soledad. Según sus propios hacedores, el recorrido de estepersonaje evoca el refrán que dice “dale poder a un hombre y verás quién es”. Yo prefiero la frase de Los Redondos, también de los noventa,que dice: “mientras más alto trepa el monito, así es la vida, el culo más se le ve”. A medida que la obra transcurre,el revolucionariova monstruizándose, menemizándose, fachizándose. A la par, la escena va perdiendo su sutil traza del principio para transformarse en un campo minado de objetos. María Soledad, vestida casi como la imagen de la libertad sin el gorro frigio, es ultrajada una y otra vez en una escena también mancillada, desbordada. La obra narra por exceso, por la abundancia de elementos quepueblan el espacio escénico sin ninguna razón, sin la reglamentaria justificación escénica. Tal vez ése es otro nuevo sacrilegio; esta vez un sacrilegiocontra cierto tipo de teatro clásico que dicta que todo objeto tiene que tener su razón narrativa. Hay objetos multiplicados por doquier, inútiles, ocupando espacio y prefigurando el consumo neoliberal típico de la década. Pero ojo, no todo es tan noventa. Esta proliferación no esescéptica ni es vacía, sino que condensa sentidoescénico con la solidez de quien fue testigo de los hechos. ¿Muerte de los ideales?;¡mis polainas!MaríaAlone está repleta de creencias ideológicas y posturas políticas. Nada de Generación X, nada de pastiche posmo nihilista. Es una obra que cita los noventa desde un anclaje poético profundamente actual. Cita y convoca desde muchas materialidades. Desfilan canciones, discursos, vestuarios, objetosnoventosos. A veces son citas completamente reconocibles, a veces solo sospechadas y a veces, no sabemos a qué, pero convocan. Todo el tiempo reconocemos la escena de MariaAlonecomo parte de nuestra biografía.

Los noventa no se fueron.
De todo lo que pasó en los noventa, el asesinato de María Soledad Morales pintacabalmente la ostentación de impunidad que mostrabapor entonces el poder político. Tal vez por eso,Gabriel Pérez y Cintia Brunetti lo eligieron como un suceso que condensa. Pero MaríaAlone no es la historia de Maria Soledad Morales, sino que su caso es el cristal con el que se mira el pasado y el presente, a la vez que cuestiona nuestra supuesta superación de la década de los noventa. Es que, digamos la verdad,¿lahemos superado?
La ficción de MaríaAlonepierde su aire de ensueño lejano para instalarse con el miedo que dan las posibilidades concretas. Salí de la obra con un sabor amargo en la boca. No había visto una ventana al pasado sino un presente posible. En MaríaAlone acechan los aires de un post-neoliberalismo. Qué desasosiegoproduce saber que este año electoral un gran número de votantes (cruzo los dedos para que sean minoría) votarán subirse a un Delorean amarillo y lustroso queriendo volver alos noventa en formato relowded.
MaríaAlone es la historia de un dolor hecha por quienes fueron niños testigos de la década, uniendola profundidad de una heridacon un miedo presente. Reconocer los sucesos de los noventa es reconocer el mundo que nos configuró, que nos formateó, del que fuimos parte y con el que todavía trabajamos en terapia anhelando superarlo. Hay que seguir reconociendo los coletazos de una década que no se fue, sino que tomó retirada. Y si usted lector piensa que le arruiné la obra contándole gran parte de lo que pasa, sepa que no es así. Al fin y al cabo el spoiler es también un invento de los noventa.

Ficha técnica
María Alone
Trabajo final de la licenciatura en teatro, Facultad de Artes, UNC.
Texto y actuación: Cintia Andrea Brunetti y Gabriel Andrés Pérez.
Dirección de actores: Diego Gavarrete.
Asistencia de dirección: Natalia Buyatti.
Asesores del Trabajo final: Marcelo Arbach y Carolina Cismondi.
Diseño de luces: María Belén Carranza Bertarelli.
Diseño gráfico: Hugo Casas.
Producción Escénica y Comunicación: Natalia Soliani.

viernes, 21 de agosto de 2015

((( M A R I A \\ A L O N E ))) por Natalia Soliani



                                                                              PH: Belen Carranza
 
María es convocada. María acepta hacer la revolución. María se confunde. María defiende la libertad. María pone el cuerpo. MARIA ALONE
VOLVER A MIRAR. DAR LA MIRADA. El arte es ante todo una relación. Es una mediación entre la mirada y el mundo.
Este escrito forma parte de  un encuentro/dialogo con los actores y encargados de la puesta en escena de MARIA ALONE: Cintia Brunetti y Gabriel Pérez, quienes a su vez también son los dramaturgos.
Fue  interesante hacerlo post-función, recién terminadita la 5ta. Lo que leerás aquí es un recorrido que conjuga lo de adentro de la escena con lo de afuera: actores/espectadora.
MARIA ALONE me conmovió. Y como estamos en esta vida para ser conmovidos como dice el indio, necesite proponerles una entrevista para difundir el trabajo de casi 2 años, María tenía que seguir siendo vista, querido espectador.
Así nos sumergimos en una charla informal participo también Natalia Buyatti quien cumplió el rol de asistente de dirección. Y un dato más: al día  siguiente ambos creadores recibirían el título de LICENCIADOS EN TEATRO DE LA UNC.
Por ello el proceso de construcción de MARIA ALONE es exquisito.
Pero tenes que verla para comprender la dimensión de “volver a mirar”. Dicen que recordar viene de  r i c o r d i s, volver a pasar por el corazón, allí donde sentimos, donde nos pasan cosas.
Esta obra tiene eso: la capacidad de llevar al espectador de manera increíble por diversos momentos que producen expectativa, desconcierto hasta la misma risa. Las primeras tímidas porque ya ha pasado por tu cuerpo algo de todo lo que han encerrado los noventa. Luego viene la risa como resistencia a lo hegemónico, a la lucha por lo humano.
 Hayas o no hayas vivido en esa década, hayas nacido, hayas sido chico, adolescente o joven, imposible que tu cuerpo no reaccione, “queríamos ver que había quedado como huellas en nosotros al haber atravesado esa época”.
Eso tiene el teatro: el cuerpo, sus huellas y sus sentidos. Por eso mismo la obra hará resonar fuertemente tu mirada. Indagar sobre “las fantasías” - ¿quién no las tiene?, fue el paso inicial y nos decía Gabriel: “que loco la situación de las mujeres, en esa época, los hot jean,  la mujer más expuesta y a la vez mas atacada y ultrajada… hemos investigado mucho partiendo de establecer ciertas situaciones o campos expresivos habilitantes para desarrollar el juego…  situaciones que te anclan en algo…. Tener la libertad de hacer lo que uno siente… anclajes… y de ahí moverse…  siempre fue apuntar a lo poético a establecer juegos con algo que nos ha atravesado, que tenemos nosotros adentro… y eso fue lo que queríamos volver poesía teatral… sin la intención de hacer algo político, María soledad fue una referencia, un desafío…”
Indagar sobre los 90 remitió a los actores a distintos casos de aquella época, pero había que tomar una decisión al momento de trabajar con el material producido en las improvisaciones. Época menemista. Época económica del uno a uno. Y sueldos en dólares.
Fue entonces que la incorporación de la asistente de dirección quien se veía sorprendida por el ritmo y lo que sucedía en escena asistió a  la definición de la dramaturgia que finalmente es la obra.
Una dramaturgia que nos va llevando como espectadores a poder mirar y sostener allí la mirada mientras sale la imagen convocada.
El caso en sí de la adolescente asesinada el 8 de septiembre de 1990 es una circunstancia  y para los actores una excusa de indagación poética y sensible, que por momentos cuentan que paso, porque murió, donde,  pero que va llevándonos a otro punto cuando Cintia/María dice: “people run”.
Allí el estallido de las risas incomodas que como dice Badiou “la comedia intenta crear una risa paradójica: una risa dirigida a aquello que forma la opinión dominante”-, ahí ya todos entendimos por donde viene la mano, lo que puede suceder…y mas hoy en día, que no podemos no mirar, y no volver la mirada sobre el cuerpo de las mujeres y aun mas sin remitirnos a la figura del hombre. Se puede expectar la  impudencia, la obscenidad descarada y la falta de vergüenza de aquellos 90.
Hombre y mujer: ¿en relación, en sexualidad, en humanidad o en animalidad?
Las fantasías, el poder, los viajes, y las fiestas. El color de la sombrilla y los cuerpos del hombre y de María soledad hasta la sidra.
Y así dar poder y tener poder, pasan a jugar el juego de las relaciones de sometimiento.
Dar la mirada a las fantasías de los 90 en María Alone parece hacernos repensar los parámetros predefinidos y darnos la oportunidad ante semejante explosión de estímulos de una nueva mirada.
En palabras finales de Gabriel la obra permite  “una mirada sensible y  sensitiva,  no solo retrospectiva…. No es para recordar… esa cosa melancólica, son la sensaciones y que es lo que se esconde detrás de todo eso y repercute y emerge en las personas”, eso sería la capacidad de transformación que tiene la mirada como forma de ver y estar en el mundo. Aquel mundo de los 90, este mundo de hoy en Córdoba, Agosto de 2015.

Equipo de la obra: 

Texto y actuación
Brunetti, Cintia Andrea
Pérez, Gabriel Andrés

Dirección de actores:
Gavarrete, Diego

Asistencia de dirección:
Buyatti, Natalia

Diseño  y operación  de luces:
Lic. María Belén Carranza Bertarelli

Diseño gráfico:
Hugo Casas

Producción Escénica & Comunicación desde Junio 2015
 Natalia Soliani
Comunicación/Difusión/Prensa

RESERVAS: Mail: mariaaloneteatro@gmail.com / CEL. 351 155 197028 / FB EVENTO AGOSTO