PH: Belen Carranza
María
es convocada. María acepta hacer la revolución. María se confunde. María
defiende la libertad. María pone el cuerpo. MARIA ALONE
VOLVER A MIRAR. DAR LA
MIRADA. El arte es
ante todo una relación. Es una mediación entre la mirada y el mundo.
Este
escrito forma parte de un
encuentro/dialogo con los actores y encargados de la puesta en escena de MARIA
ALONE: Cintia Brunetti y Gabriel Pérez,
quienes a su vez también son los dramaturgos.
Fue
interesante hacerlo post-función, recién
terminadita la 5ta. Lo que leerás aquí es un recorrido que conjuga lo de
adentro de la escena con lo de afuera: actores/espectadora.
MARIA ALONE me conmovió.
Y como estamos en esta vida para ser conmovidos como dice el indio, necesite
proponerles una entrevista para difundir el trabajo de casi 2 años, María tenía
que seguir siendo vista, querido espectador.
Así
nos sumergimos en una charla informal participo también Natalia Buyatti quien cumplió el rol de asistente de dirección. Y
un dato más: al día siguiente ambos
creadores recibirían el título de LICENCIADOS EN TEATRO DE LA UNC.
Por ello el proceso de
construcción de MARIA ALONE es exquisito.
Pero
tenes que verla para comprender la dimensión de “volver a mirar”. Dicen que
recordar viene de r i c o r d i s, volver a
pasar por el corazón, allí donde sentimos, donde nos pasan cosas.
Esta
obra tiene eso: la capacidad de llevar al espectador de manera increíble por
diversos momentos que producen expectativa, desconcierto hasta la misma risa.
Las primeras tímidas porque ya ha pasado por tu cuerpo algo de todo lo que han
encerrado los noventa. Luego viene la risa como resistencia a lo hegemónico, a
la lucha por lo humano.
Hayas o no hayas vivido en esa década, hayas
nacido, hayas sido chico, adolescente o joven, imposible que tu cuerpo no
reaccione, “queríamos ver que había quedado como huellas en nosotros al haber
atravesado esa época”.
Eso
tiene el teatro: el cuerpo, sus huellas y sus sentidos. Por eso mismo la obra hará
resonar fuertemente tu mirada. Indagar sobre “las fantasías” - ¿quién no las
tiene?, fue el paso inicial y nos decía Gabriel: “que loco la situación de las mujeres, en
esa época, los hot jean, la mujer más
expuesta y a la vez mas atacada y ultrajada… hemos investigado mucho partiendo
de establecer ciertas situaciones o campos expresivos habilitantes para
desarrollar el juego… situaciones que te
anclan en algo…. Tener la libertad de hacer lo que uno siente… anclajes… y de
ahí moverse… siempre fue apuntar a lo
poético a establecer juegos con algo que nos ha atravesado, que tenemos
nosotros adentro… y eso fue lo que queríamos volver poesía teatral… sin la intención
de hacer algo político, María soledad fue una referencia, un desafío…”
Indagar
sobre los 90 remitió a los actores a distintos casos de aquella época, pero había
que tomar una decisión al momento de trabajar con el material producido en las
improvisaciones. Época menemista. Época económica del uno a uno. Y sueldos en dólares.
Fue
entonces que la incorporación de la asistente de dirección quien se veía sorprendida
por el ritmo y lo que sucedía en escena asistió a la definición de la dramaturgia que finalmente
es la obra.
Una
dramaturgia que nos va llevando como espectadores a poder mirar y sostener allí
la mirada mientras sale la imagen convocada.
El
caso en sí de la adolescente asesinada el 8 de septiembre de 1990 es una
circunstancia y para los actores una
excusa de indagación poética y sensible, que por momentos cuentan que paso,
porque murió, donde, pero que va llevándonos
a otro punto cuando Cintia/María dice: “people
run”.
Allí
el estallido de las risas incomodas que como dice Badiou “la comedia intenta
crear una risa paradójica: una risa dirigida a aquello que forma la opinión
dominante”-, ahí ya todos entendimos por donde
viene la mano, lo que puede suceder…y mas hoy en día, que no podemos no mirar,
y no volver la mirada sobre el cuerpo de las mujeres y aun mas sin remitirnos a
la figura del hombre. Se puede expectar la impudencia, la obscenidad
descarada y la falta de vergüenza de aquellos 90.
Hombre
y mujer: ¿en relación, en sexualidad, en humanidad o en animalidad?
Las
fantasías, el poder, los viajes, y las fiestas. El color de la sombrilla y los
cuerpos del hombre y de María soledad hasta la sidra.
Y
así dar poder y tener poder, pasan a jugar el juego de las relaciones de
sometimiento.
Dar la mirada a las fantasías de los
90 en María Alone parece hacernos repensar los parámetros predefinidos y darnos
la oportunidad ante semejante explosión de estímulos de una nueva mirada.
En palabras finales de Gabriel la obra
permite “una mirada sensible y sensitiva,
no solo retrospectiva…. No es para
recordar… esa cosa melancólica, son la sensaciones y que es lo que se esconde
detrás de todo eso y repercute y emerge en las personas”, eso sería la
capacidad de transformación que tiene la mirada como forma de ver y estar en el
mundo. Aquel mundo de los 90, este mundo de hoy en Córdoba, Agosto de 2015.
Equipo de la obra:
Texto y actuación
Brunetti, Cintia
Andrea
Pérez, Gabriel
Andrés
Dirección de actores:
Gavarrete, Diego
Asistencia de dirección:
Buyatti, Natalia
Diseño y operación de luces:
Lic. María Belén Carranza Bertarelli
Diseño
gráfico:
Hugo Casas
Producción Escénica & Comunicación desde Junio 2015
Natalia
Soliani
Comunicación/Difusión/Prensa