Es importante para el actor las etapas y estadios por los que pasa en su
crecimiento creador, es importante la curva de ese crecimiento, la desviación
de esta curva y el retorno hacia ella. Constantin Stanislavski.
Pensando los procesos de creación, pienso en la formación
actoral, que cada vez mas, es un exquisito camino de encuentros y desencuentros
con uno, con su bagaje, con su técnica, con los conocimientos de los cursos a los que
asiste donde puede ver lo que otro construyo, lo que otro investigo para perfeccionarnos.
Para Constanti, a quien estuve releyendo “el actor no puede arreglárselas sin
entrenamiento, contención y disciplina”.
Cuando uno comienza a recorrer su formación como futuro actor
que deberá poblar una escena/trama/historia, asume una búsqueda particular y
singular.
Tanto se dice de lo que debemos hacer y ser para ser buenos
que nuestra búsqueda nunca es fácil…. Requiere tiempos lógicos, no cronológicos
solamente, sino aquellos necesarios desde la subjetividad para construirnos a nosotros
mismos como ese instrumento de creación que luego en el espacio teatral cobrara
relieve.
En Córdoba, provincia de Argentina, mediterránea y bella, el teatro tiene mucho olor a “creación colectiva”
y para ello debemos mas aun tener un montón de recursos internos y externos ya que no solo se nos pedirá improvisar
solos o con otros sino que seremos posiblemente dramaturgos de algún
espectáculo/obra.
¡Que experiencia! Así me paso con ABSENTIA.
Sobre la base de algunos textos de un blog, algunas partes
fueron resonando internamente, fueron abriendo nociones y necesidad de
exploración y así fue como llame a mi amiga Lula para que dirigiera.
Ambas nos sumergimos en una búsqueda personal y artística
particular y especial para nosotras estrenando roles.
Roles que inter -relacionados dieron origen a ABSENTIA, en cada detalle, en su estructura
dramática, en su forma de ser contada. En esos monólogos repetidos y aun así
diferenciados,
En lo que Lula eligió como estética para contar la historia
de "ella y el" en su vida cotidiana. ¡De cuantas cosas esta compuesta la vida cotidiana!,
no?
En Absentia sucede todo y a la vez ese SILENCIO por momentos
incomoda al espectador, envolviéndolo en tos, acomodos en la silla o suspirar.
En todas las funciones pude palpitar de cerca lo que les iba
sucediendo. Un monologo inicial me lo permitía.
En ese monologo se condensan muchas cosas. Es durísimo y a
la vez tan poético y denso como sorprendente.
Conformado por líneas de Mariana Lucero a quien le estamos
muy muy agradecidas por haber compartido con nosotras algo de su mundo interno
que nosotras decidimos llevar a escena y que a mi me permitió una búsqueda
personal muy significativa, pero al decir de C. S “el modo en que un artista trabaja y crea es un secreto que se lleva a
la tumba”.
Igual ya les contamos la génesis de esta obra.
N. S.